lunes, 22 de febrero de 2010

Y en plena crisis, nos subimos los sueldos

Eso es lo que afirma Ángel Laborda en su columna de análisis económico de El País.
Dice que como no podemos devaluar la moneda, tenemos que ser competitivos por otras vías. Por ejemplo, por precios atractivos.

Eso se logra bajando las cotizaciones sociales, o aumentado la productividad.
Y desde luego, como no se logra es subiendo los precios en un año de crisis, y en un año en el que casi hemos rozado la estanflación, inflación con estancamiento.

Pues bien. ¡los hemos subido!

Según Laborda, en el sector industrial, el coste por trabajador ha subido hasta un 6%.
Una locura que nos impedirá salir de la crisis a tiempo.
Este el el párrafo más llamativo:

"...es un suicidio colectivo el que los costes laborales por trabajador en la industria manufacturera, la base de la exportación, aumentaran el año pasado un 5,4%, lo que unido a una caída de la productividad del 1,4%, dio como resultado un crecimiento de los costes por unidad producida del 6,9%".




domingo, 14 de febrero de 2010

De nuevo Goldman Sachs estaba detrás del reciente descalabro de Grecia

Un artículo publicado en The New York Times revela cómo Goldman Sachs, una vez más, ha estado detrás del descalabro de los mercados y del riesgo de impago de deuda.
Recordemos que Grecia admitió que no había recogido ni registrado en sus libros unas deudas enormes a las que calificó de ventas.

Todo es parte de unos productos financieros creados por el banco de inversión (hoy comercial) Goldman Sachs en 2001. Para ayudar a Grecia a obtener dinero, un equipo del banco encabezado por el presidente Gary Cohn, creó una serie de operaciones de derivados que se canalizaron a través de sociedades con nombres mitológicos como Ariadna, Aeolos (Eolo) o Titlos. Estas sociedades servían como base para convertir deuda en activos, y ayudar a Grecia a obtener dinero en los mercados internacionales.

Como resultado, Grecia se endeudó hasta en 300.000 millones de euros, cosa que ocultó y que tuvo que revelar en semanas pasadas, lo cual causó un gran malestar en la comunidad europea y en los mercados internacionales.

Ya sabíamos que gran parte de la crisis financiera actual proviene de derivados financieros que nadie entendía y que eran muy opacos. Sabíamos que los bancos de inversión norteamericanos estaban detrás de ello. Y de nuevo la historia se repite.

A falta de periodistas analistas, tenemos espías económicos

Me acabo de enterar de que el Centro Nacional de Inteligencia tiene un departamento con espías especializados en economía. Van a espiar e investigar quién y cómo atacó al euro y a la credibilidad de la economía española en semanas pasadas.
Así se describe este departamento en un artículo en El País:

"Entre las labores del servicio de inteligencia económica del CNI -recogida en su ley reguladora y detallada en la Directiva de Inteligencia- se incluyen la evaluación del riesgo político de los países (orientando el análisis a la inversión empresarial) y el análisis macroeconómico (estabilidad económica, seguimiento de sectores estratégicos), "todo ello con especial atención a su incidencia en la economía española", según el documento anteriormente citado, "para prevenir cualquier riesgo o amenaza que afecte a la independencia e integridad de España" e "intentando dar mejor respuesta a los retos que plantea la actual economía global".

Dentro de esa actividad, los agentes del CNI mantienen contactos frecuentes con varios expertos destacados en el ámbito de la economía y de los mercados financieros."

domingo, 7 de febrero de 2010

Un informe que revela por qué la visión anglosajona nos metió en este berenjenal

Ellos nos llaman PIGS (cerdos) porque esa la primera letra de los países del mediterráneo: Portugal, Italia, Grecia y España, (Spain). Según la prensa económica anglosajona, no somos creíbles, nuestros gobiernos son débiles y por eso la deuda que emiten nuestros estados no es de fiar.

Ah, ¿sí? ¿Y saben quién nos metió en este berenjenal? Pues ellos. mejor dicho, su visión.
La visión anglosajona de los negocios basada en la desregulación, en decir al estado que no metiera sus narices en la economía y en dar rienda suelta a la mano invisible del mercado, fue lo que provocó la crisis que vivimos pues los especuladores y los banqueros se dedicaron a inventar productos basura, que distribuyeron por todo el mundo. Basura.
Ustedes pensarán que lo dice un "amargao". Pues no: lo dice una profesora de la escuela de negocios Wharton una de las más prestigiosas del mundo en un estudio detallado.

Lean este párrafo.

"According to Wharton legal studies and business ethics professor Janice Bellace, the economic crisis caught leaders in some countries by surprise because they did not fully appreciate the level of interconnectedness of financial markets around the world. Free-market ideals caught on throughout Europe -- and the UK in particular -- in the 1990s and the early 2000s. Now known as the "Anglo-Saxon view," many countries embraced the ideology and took steps to deregulate or introduce more flexible economic regulatory regimes.

For example, she points to Spain, which benefited greatly from relaxed financial regulations that encouraged foreigners to invest in second homes, fueling a boom in real estate development and other services. Now, the boom has become a bust. Spanish unemployment is among the highest in Europe and concerns are rising about the quality of Spanish debt. In Iceland, major banks made bad investments and the nation's entire economy collapsed at the beginning of the global financial crisis, leaving citizens questioning the free-market model endorsed by the UK and the United States."

Lo resumo muy brevemente: según la profesora Bellace, el problema nació cuando adoptamos la visión anglosajona de los negocios, es decir, introducir más libertad y menos controles.

¿Y son estos los que luego nos llaman PIGS?

Hay que contraatacar.

Malas noticias: nuestra economía no se hunde

Lo siento, amigos. Me acaban de decir que nuestra economía no se hunde. A pesar de la decena de editoriales, noticias, análisis e informes que ponen a la economía española a la altura de las peores del mundo, las cosas no están tan mal. Oh, lo siento.

Es decir, las cosas están mal. Pero no TAN MAL como para pensar que no vamos a pagar nuestras deudas, que estamos arruinados, que no tenemos palabra, que nuestras cuentas son un desastre...

Hay mucha gente que, dentro de la crisis, está hundiendo el barco más de lo que merece. Para estas personas, constatar que la economía no se hunde es una mala noticia. Les encantaría que se hundiese.

Yo he sido catastrofista en el grado que hay que serlo. Quizá me he pasado alguna vez, pero he tratado de criticar al gobierno en donde más falla: en tardar en reaccionar.
Así lo he dicho por algunos foros y en la radio. He reconocido que lo más urgente es luchar contra el paro, que el gobierno no toma medidas, que los sindicatos están en el limbo y que si no hacíamos nada, este país iba a producir más paro y más calamidades.

Pero también he dicho que no me parece preocupante el nivel de deuda, ni el nivel de déficit, ni las emisiones de deuda.

Solo me preocupa la tasa de paro porque ese es el principio del fin. O el fin del principio. O lo resolvemos, o nos tiraremos de los pelos. ¿La Bolsa?
No me preocupa lo más mínimo. No es síntoma de nada. Está llena de especuladores y ese no es el mejor médico para medir la temperatura del país.
Y para demostrarlo, os voy a dejar los dos últimos párrafos de un artículo extenso aparecido hoy en El País.

"Y es cierto que los datos relativos al riesgo sobre las finanzas públicas distan de ser alarmantes. La deuda se sitúa en el 52% del PIB, la más baja de la eurozona. El coste de la financiación está en niveles históricamente bajos: un 1% de diferencia con la deuda alemana, cuando de 1992 la deuda española se pagaba un 7% más cara. "Pero esas cifras empeoran a toda velocidad", apunta Manuel Balmaseda, economista jefe de Cemex. "La última subasta de bonos -que supuso un encarecimiento sustancial de la deuda española- es una pésima señal que indica por dónde van los tiros", asegura. El castigo sobre la deuda ya es evidente, "pero más allá de esas cifras el problema es que los mercados transpiran desconfianza para con España". "Es verdad que el batacazo es excesivo, pero tiene que ver con que las Bolsas piensan que España ha perdido el tiempo y que va a ser muy difícil pactar los ajustes por todo el ruido que hay".

Credibilidad. Confianza. Liderazgo. Son palabras que los expertos reclaman al Ejecutivo una y otra vez. Porque lo de los mercados, siempre insaciables, parece un caso perdido. "Algunos se empeñan en decir que el riesgo es España: al final los inversores toman nota y se ensañan sin reparar en matices", dice el ex secretario de Estado Alfredo Pastor. "Alguien va a ganar mucho dinero con esto, que es, una vez más, un acto de increíble irresponsabilidad colectiva de los mercados", concluye Charles Wyplosz, del Graduate Institute".