viernes, 23 de octubre de 2009

¿Quién dijo que no se puede convertir la economía en una buena fábula?

Esta es la forma de contar la Encuesta de Población Activa como si fuera una fábula. La protagoniza una comunidad amish de Extremadura.

Si se emplease esta técnica a fondo, se podría explicar desde la deuda subordinada hasta los warrants. Prometo hacerlo en el futuro.



miércoles, 21 de octubre de 2009

El documento que destapa la inmoralidad de las agencias de calificación financiera

En junio de 2008, hace poco más de un año y antes de que estallase la crisis con toda su fuerza, la Securities and Exchange Commission, el organismo que supervisa a la Bolsa en EEUU, emitió un crudo informe sobre la forma de actuar de las agencias de rating.

Estas agencias se dedican a emitir notas o calificaciones sobre productos financieros. Por ejemplo, si General Electric o Telefónica emiten bonos, las agencias investigan la calidad de esa empresa, su fiabilidad, su capacidad de emitir bonos y pagarlos a término, su rentabilidad... Y cruzando todos estos datos, otorgan una calificación.

Cada agencia tiene su libro de estilo pero lo normal es usar la triple A, o sea, AAA, para decir que es un producto financiero de primera categoría. A medida que usan las letras siguientes del abecedario significa que ese producto financiero es peor. Tener BBB es malo. Tener C es malísimo.

Estas agencias viven de vender esas calificaciones. Hace muchos años, quienes pagaban esas "notas" o "informes" eran personas o instituciones interesadas en saber si debían invertir en esos productos financieros. Era como contratar los servicios de un detective, ¿no? Muy sensato.

Pero a principios de los setenta, los detectives se dieron cuenta de que ganaban más dinero si se dejaban pagar por "el espiado". Es decir, los que emitían bonos como general Motors o el Bank of America empezaron a pagar a las agencias ¡para que les calificasen!

Y sucedió lo que tenía que suceder: que las agencias perdieron el norte, se mostraron blandas con los productos financieros y calificaron como excelente lo que era basura. Por ejemplo, otorgaron calificación AAA a hipotecas basura, y con ello, lo único que provocaron es que medio mundo comprase esas basuras sólo porque tenía una calificación estupenda.

Las agencias más importantes del mundo son norteamericanas: Fitch, Moody's y Standard & Poors. Para saber el grado de corrupción de esas agencias, solo hay que leer el informe de la SEC titulado Summary Report of Issues Identified in the Commission's Staff Examinations of Select Credit Rating Agencies".

En unos casos, cuenta cómo una agencia se equivocó en la calificación de un producto financiero pero para no dar la imagen de chapucera, mantuvo el error hasta que encontró otro motivo para bajar la calificación. Pero hasta llegar ahí pasaron meses.

En otra ocasión, los mismos analistas que hacían las calificaciones determinaban la comisión que iba a pagar el cliente. Y claro, como había que discutir la cantidad, el informe no salía a la luz o se modificaba.

En fin, una serie de desatinos que demuestra lo que es capaz la codicia. Para aquellos que todavía dudan que esta crisis se debió en buena parte a la codicia de los financieros y de su tropa, les recomiendo esta lectura "de mesilla de noche". Es una novela de terror financiero.

viernes, 9 de octubre de 2009

El indicador oculto de la economía

Se llama Indicador Sintético de Actividad (ISA) y lo publica periódicamente con más indicadores el Ministerio de Economía y Hacienda (atiendan a la cuarta línea del documento y al año que señala).

Es como una pócima mágica para adivinar el futuro pues mezcla un montón de indicadores, y trata de predecir cómo marchará la economía española en los próximos meses. El diario Expansión lo explica más o menos así: es el dato en el que Economía compila los principales datos actualizados para revelar una cifra que predice la evolución de la coyuntura con seis meses de anticipación.

En junio de 2009, hace pocos meses, el ISA afirmaba que la economía española iba a decrecer este año un 2,4%. Ya es mucho, ¿no? Pues bien, el último informe de octubre de este año, fresquito como acabado de salir de la nevera (9-10-09), dice que la economía se contraerá un 4%. O sea, que sus predicciones se han empeorado en un 40%.

Y ahora la pregunta es: si fallaron sus predicciones en casi la mitad, y la economía empeorará aun más (como teme la ministra), el Indicador Sintético que viene, en enero 2010 dará una caída aun superior que puede rondar el 6%. Si eso no es una crisis profunda, ¿qué es?

¿Y a quién dan dinero? A los que quizá no paguen

Lo paradójico de EEUU es que quienes están recibiendo dinero para afrontar sus hipotecas son los más débiles.

Existe una compañía semi estatal llamada Federal Housing Administration que, desde 1934, se dedica a avalar a las personas sin recursos para que puedan acceder a una casa. The New York Times cuenta el caso de una mujer llamada Bernardine Shimon, maestra de colegio, separada y con hijos, que perdió su casa porque no podía pagarla y ahora ha obtenido el aval del estado para un crédito por 134.000 euros. Y se ha comprado lo que los norteamericanos llaman un fixed-upper, una casa que necesita arreglos.

Pues bien, la misma información del NYT dice que FHA está casi en bancarrota. Lo peor de todo es que esos créditos han sido empaquetados y revendidos, y garantizados por una firma estatal llamada Government National Mortgage Association, también bautizada como Ginnie Mae.

El diario se pregunta qué pensarán los contribuyentes americanos. No saben que ellos tienen que garantizar con sus impuestos los devengos de intereses de unos productos financieros basados en hipotecas de dudoso cobro.

La verdad USA: los bancos no quieren prestar, los clientes no quieren pedir

Los americanos tienen una frase acuñada para decir que hay momentos en que las cosas son lo que son: "where rubber meets the road" (cuando el neumático toca la carretera).

Es lo importante, o el momento de la verdad.

Un analista de Barron's usa esa frase para expresar lo que está pasando hoy en EEUU. Ni los bancos tienen muchas ganas de prestar, ni los clientes muchas ganas de pedir dinero.
Y eso a pesar de que el banco central ha puesto en manos del sistema una cantidad astronómica de dinero, es decir, que ha inyectado la mayor cantidad de dólares de la historia y encima al cero por ciento de interés, pero no hay forma de que el elefante se mueva. ¿Por qué?

Porque los norteamericanos están perdiendo sus puestos de trabajo y no quieren entramparse con más deudas. Ni con dinero de plástico (tarjetas de crédito), ni con hipotecas ni créditos para consumir coches. Y encima, los bancos tampoco están dando mucho dinero a las pymes ni a los particulares. Aquí, dicen Barron's es, cuando "the rubber meets the road", es la hora de la verdad porque los indicadores financieros no tienen nada que ver con la realidad crediticia.

Veamos las pruebas: "La última evidencia la tenemos en la cifra de crédito al consumo en agosto que se supo el miércoles de esta semana, la cual muestra una caída de 12.000 millones de dólares en créditos no hipotecarios. Aunque es más pequeña que la caída de julio, que fue de 19.000 millones de dólares, la caída de agosto es la séptima consecutiva del año, y la más extensa desde 1991", dice el analista de Barron's.

La mayor caída de esas cifras corresponde a créditos por tarjetas, que cayeron en 10.000 millones de dólares (es decir, que la gente no está tirando de tarjeta para consumir); los otros 2.000 millones de dólares corresponden a la caída en las peticiones de créditos para comprar coches, y eso, dice el articulista, a pesar de que agosto marcó el punto culminante de la frenética campaña de "dinero por tu trasto" (cash for clunkers), es decir, de la campaña de ayuda del gobierno americano para retirar coches viejos y comprar uno nuevo, por lo cual se paga entre 3.000 y 4.500 dólares por vehículo. ¿Por qué no se están endeudando los americanos?

Repito: debido a la subida del desempleo y a la caída de tus ingresos. Por eso son tan cautos a la hora de empeñarse en nuevos créditos. Y a que los bancos no quieren prestar. Y eso que los tipos de interés están casi a cero.

El país más gastador del mundo está recogiendo velas. Si la economía más poderosa del planeta no gasta, ¿cómo moveremos la maquinaria de este Titanic mundial llamado planeta Tierra?