miércoles, 21 de octubre de 2009

El documento que destapa la inmoralidad de las agencias de calificación financiera

En junio de 2008, hace poco más de un año y antes de que estallase la crisis con toda su fuerza, la Securities and Exchange Commission, el organismo que supervisa a la Bolsa en EEUU, emitió un crudo informe sobre la forma de actuar de las agencias de rating.

Estas agencias se dedican a emitir notas o calificaciones sobre productos financieros. Por ejemplo, si General Electric o Telefónica emiten bonos, las agencias investigan la calidad de esa empresa, su fiabilidad, su capacidad de emitir bonos y pagarlos a término, su rentabilidad... Y cruzando todos estos datos, otorgan una calificación.

Cada agencia tiene su libro de estilo pero lo normal es usar la triple A, o sea, AAA, para decir que es un producto financiero de primera categoría. A medida que usan las letras siguientes del abecedario significa que ese producto financiero es peor. Tener BBB es malo. Tener C es malísimo.

Estas agencias viven de vender esas calificaciones. Hace muchos años, quienes pagaban esas "notas" o "informes" eran personas o instituciones interesadas en saber si debían invertir en esos productos financieros. Era como contratar los servicios de un detective, ¿no? Muy sensato.

Pero a principios de los setenta, los detectives se dieron cuenta de que ganaban más dinero si se dejaban pagar por "el espiado". Es decir, los que emitían bonos como general Motors o el Bank of America empezaron a pagar a las agencias ¡para que les calificasen!

Y sucedió lo que tenía que suceder: que las agencias perdieron el norte, se mostraron blandas con los productos financieros y calificaron como excelente lo que era basura. Por ejemplo, otorgaron calificación AAA a hipotecas basura, y con ello, lo único que provocaron es que medio mundo comprase esas basuras sólo porque tenía una calificación estupenda.

Las agencias más importantes del mundo son norteamericanas: Fitch, Moody's y Standard & Poors. Para saber el grado de corrupción de esas agencias, solo hay que leer el informe de la SEC titulado Summary Report of Issues Identified in the Commission's Staff Examinations of Select Credit Rating Agencies".

En unos casos, cuenta cómo una agencia se equivocó en la calificación de un producto financiero pero para no dar la imagen de chapucera, mantuvo el error hasta que encontró otro motivo para bajar la calificación. Pero hasta llegar ahí pasaron meses.

En otra ocasión, los mismos analistas que hacían las calificaciones determinaban la comisión que iba a pagar el cliente. Y claro, como había que discutir la cantidad, el informe no salía a la luz o se modificaba.

En fin, una serie de desatinos que demuestra lo que es capaz la codicia. Para aquellos que todavía dudan que esta crisis se debió en buena parte a la codicia de los financieros y de su tropa, les recomiendo esta lectura "de mesilla de noche". Es una novela de terror financiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario